El pasado fin de semana, Santa Rosa de Viterbo se vistió de fiesta con la realización del 2.º Festival Regional Gastronómico Cultural “Sabores de mi Pueblo”, un evento que reunió lo mejor de la cocina tradicional, la música campesina y las expresiones culturales de la región. Durante los días 25 y 26 de octubre, miles de visitantes y habitantes del municipio disfrutaron de una experiencia multisensorial que exaltó el patrimonio culinario y artístico de Boyacá.
Platos típicos, bebidas ancestrales y cocina en vivo
El parque principal se convirtió en un gran comedor al aire libre, con más de 40 stands gastronómicos que ofrecieron cuchuco de trigo, mazamorra chiquita, mute santafereño, arepas boyacenses, dulces tradicionales y bebidas como chicha, guarapo y masato.
Cocineros locales y productores agroalimentarios compartieron sus recetas y saberes con entusiasmo, mientras los asistentes degustaban y aprendían sobre los ingredientes y técnicas que dan vida a la cocina boyacense.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a la chicha como bebida ancestral, con un concurso de preparación que reunió a expertos y familias que han conservado esta tradición por generaciones.
Música campesina, danzas y artesanías
La programación cultural incluyó presentaciones de grupos de danza folclórica, música campesina en vivo y el esperado Concurso “Reyes de la Villa”, que premió a los mejores intérpretes de música tradicional. El escenario vibró con coplas, carrangueras y melodías que evocaron la vida rural y el alma del altiplano.
Además, se instaló una feria artesanal con tejidos, cerámica, talla en madera y arte popular, elaborados por manos locales que mostraron el talento y la identidad de Santa Rosa de Viterbo y sus municipios vecinos.
Turismo, identidad y desarrollo local
El festival fue una plataforma de promoción turística y económica para el municipio, impulsando el turismo rural, el emprendimiento local y el orgullo por las raíces. La Alcaldía Municipal, organizadora del evento, destacó la participación activa de la comunidad, el compromiso de los expositores y el comportamiento ejemplar de los asistentes.
Se implementaron medidas de sostenibilidad como el uso de materiales biodegradables, la promoción del transporte compartido y el apoyo a productores agroecológicos, reafirmando el compromiso del municipio con el desarrollo responsable.
Un encuentro que dejó huella
“Sabores de mi Pueblo” cerró con éxito su segunda edición, dejando en los corazones de los asistentes el sabor de la tradición, la calidez de la cultura boyacense y el deseo de volver el próximo año. Santa Rosa de Viterbo reafirmó su lugar como destino gastronómico y cultural, y como ejemplo de cómo la cocina puede unir, emocionar y transformar.



