El chocolate colombiano está ganando fama internacional gracias al cacao de alta calidad cultivado en regiones como Santander y Antioquia. En 2025, el productor Juan Carlos Rincón Santamaría, de San Vicente de Chucurí, fue incluido entre los 50 mejores del mundo en los Premios Cacao of Excellence, posicionando a Colombia en el mapa global del chocolate fino.
Turismo rural y experiencias inmersivas
Este reconocimiento ha impulsado el desarrollo de experiencias turísticas centradas en el cacao. En departamentos como Santander, Arauca, Huila y Nariño, los viajeros pueden recorrer fincas, participar en talleres de chocolatería, conocer el proceso de cultivo y disfrutar de degustaciones guiadas.
Chocolate como símbolo cultural
El cacao colombiano no solo destaca por su sabor y aroma, también representa una herencia cultural. En lugares como Minca, Santa Marta y San Agustín, el chocolate se integra en prácticas de turismo sostenible, con masajes de chocolaterapia, rutas ecológicas y venta directa de productos orgánicos.
Impacto económico y comunitario
Estas iniciativas fortalecen economías locales, promueven el relevo generacional en el campo y visibilizan el trabajo de comunidades cacaoteras. El chocolate colombiano se convierte así en una herramienta de desarrollo, identidad y conexión con el territorio.
El auge del chocolate colombiano como atractivo turístico es una muestra de cómo el sabor puede convertirse en experiencia, en cultura y en motor de transformación. En cada tableta, hay una historia que merece ser contada y compartida con el mundo.