Las ensaladas que durante el resto de año tomamos como meros acompañantes de otras recetas se convierten en las grandes protagonistas de la mesa en verano. El término nos sirve para referirnos a las combinaciones más variadas y sofisticadas pero, atendiendo a su etimología -la palabra procede de "hierba salata"-, una ensalada es un plato de vegetales crudos sazonados con sal, vinagre o aceite. Se trata, en general, de un plato de preparación fácil y rápida, algo que también invita a elegirlas como el plato perfecto para cualquier comida.
Las ensaladas tienen también a su favor el hecho de ser consideradas un plato ligero, aunque esto conviene tomarlo con precauciones. Si bien las verduras y hortalizas que tomamos como base para el plato son ingredientes con pocas calorías, los ingredientes y aderezos que se eligen para completar el plato pueden convertirlo en una opción tan calórica como una fritura. Si cuidamos mucho nuestra dieta ya sea por motivos estéticos o de la salud, debemos estar especialmente atentos también por la cantidad de sal que puedan incluir las salsas o aderezos de nuestra ensalada.
Aunque, comos señalamos, como ensalada podemos admitir casi cualquier combinación de ingreidentes, podemos decir que una "buena ensalada" debe incluir estos grupos de ingredientes:
Vegetales y hortalizas: la lechuga y/o el tomate son los más habituales, pero las espinacas, el kale, la rúcula o los germinados están ganando protagonismo;
Proteína: las de toda la vida como el atún, el queso o el huevo suelen combinar muy bien con las hortalizas, pero el pollo asado o el pato son muy buenas opciones también;
Un elemento crujiente del tipo de los croutons, los frutos secos o las semillas;
Un buen aderezo como la típica vinagreta, la salsa césar, la de yogur;
Algún ingrediente extra del estilo de hierbas frescas, legumbres o fruta que den el contrapunto diferente.
Fuente: Sra. Ginger.
