El metate es uno de los utensilios más representativos de la gastronomía mexicana. Este objeto de piedras se utiliza para obtener harinas, salsas y moliendas de una gran infinidad de elementos. Hasta mediados del siglo XX su uso estaba muy extendido en todo el país, ya que las mujeres pasaban gran parte del tiempo en la preparación de la masa y en la fabricación de tortillas.
La aparición de las licuadoras y los molinos eléctricos ha ido relegando a las alecenas este utensilio de piedra pese a que el sabor cambia al utilizar uno de estos instrumentos con respecto al producido por una licuadora o molino, ya que se puede controlar la calidad de la molienda. Además se piensa que la piedra agrega un sabor característico.
El metate es el protagonista de una exposición de la ceramista Gloria Carrasco que se puede visitar en las sala del Museo de Arte Popular. Se trata de la muestra Prófugos del metate en la que este utensilio se saca de su contexto y se muestra qué otros usos o significados podría tener. Sin eliminarlo de nuestra cultura, el metate no solo sería funcional para las salsas o la gastronomía; la artista adaptó su forma y tamaño a otros escenarios como un nido de pájaros, coladera, un columpio, un mapa, un envase de refresco, como parte de un extintor, hasta la pierna de mujer, entre otras cosas.
La muestra que puedes visitar hasta el 7 de febrero en el Museo de Arte Popular.