Se trata de un proyecto de dos emprendedoras colombianas, que preocupadas por el alto índice de desnutrición infantil en el país, decidieron desarrollar una “supergalleta” que sea fuente de altos nutrientes para los niños.
Fue entonces cuando Susana Arévalo y a María Paula Laverde, desde la fundación La Pulga en Altos de la Florida, pensaron en la moringa, un árbol de color verde con importantes propiedades nutricionales muy beneficiosas, en especial un alto contenido de hierro, calcio y potasio, elementos fundamentales contra la desnutrición. Además este árbol se da en casi todos los climas y apenas precisa de agua.
Desarrollaron entonces una galleta con este árbol con alto valor nutricional; pero se encontraron con un problema: el sabor. El árbol y sus hojas tienen un sabor amargo que a los niños no les parecía agradable; por ello se modificó la receta, resultando en harina de quinua, panela, miel, fruta y chocolate; modificando el sabor.
Las primeras pruebas han sido un éxito; y el proyecto está en marcha a toda máquina. Veremos si esta iniciativa supone progresos en las altas tasas de desnutrición infantil en Colombia.